7AM y nos recibe una soleada mañana veraniega. Santiago está tranquilo, o definitivamente se ha ido de vacaciones, se nota también en el Santuario que nos abre acogedoras sus puertas, pero nos deja cerradas algunas por un previo extravío de llaves.Nada grave, pues la eficaz cintura de nuestros hermanos diáconos permite hacer una finta ritual en la liturgia para recibir el sacramento espiritualmente, precedido de una ceremonia donde recordamos a San Juan Bosco, fundador de los Salesianos -entre otras obras- un santo hombre que nos inspira para continuar nuestro camino como antorchas de este mundo.
El desayuno giró en torno a diversas conversaciones de los desafíos de la iglesia en el mundo de hoy: el celibato sacerdotal como un compromiso racional y acto de amor, y el alcance de este compromiso en el diaconado. Adicionalmente nuestro hermano Abel nos contó de sus madrugadas en San Antonio.
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