Fue un buen momento de reflexión en torno a las palabras de Jesús, y que se complementó muy bien con los testimonios que conocimos durante el desayuno. ¡Qué misteriosos son los caminos del Señor!.
Es difícil explicar en palabras lo potente de las madrugadas, tanto desde el punto de vista de la renovación de energías que significa compartir en este encuentro periódico, así como para el conocimiento y crecimiento personal.
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