Sabemos que el cambio del mundo empieza por nosotros, y en eso estamos empeñados. Desde nuestra condición humana, falente y débil, pero al mismo tiempo bendita. Somos portadores de un mensaje, que pasa por nosotros y nos trasciende. Rezamos porque nuestras vidas sean un ejemplo en este mundo, del evangelio, y agradecemos la oportunidad de construir este camino, en parte, a través de esta comunidad de madrugadores.
18 varones en total, incluyendo a Juan R. invitado por ManuelV nos vimos envueltos en el calor del Santuario, rezamos y escuchamos atentos la inspirada Liturgia preparada por nuestros hermanos diáconos.
En el momento de los agradecimientos, celebramos el nuevo trabajo de RodrigoL. que inicia este lunes en su nueva empresa, luego de un par de meses sin pega.
Nuestro desayuno, esta vez exento de cecinas, pero siempre con mantequilla-mantequilla (chiste interno) tuvo un sabor simple pero agradable. Reponedor. Como estas madrugadas, que nos ayudan a cargar energías para los siguientes días. Nos veremos el 9.
Preparado por Eduardo R y Claudio V.