miércoles, marzo 17, 2010
Madrugada del 13 de marzo
Después de nuestra última madrugada extraordinaria, retomamos la "normalidad" de nuestra rutina de comunidad.
Iniciamos un poco atrasados esperando a los últimos valientes rezagados, que atrapados por las sábanas, tuvieron dificultad en encontrar el camino al Santuario. Pero nuestro Señor es misericordioso, sobre todo cuando ve el entusiasmo en el desarrollo de los Laudes dirigidos por nuestro hermano JuanS, y la posterior liturgia dirigida por ClaudioV.
Múltiples reflexiones se pueden extraer del evangelio de este sábado (Lucas 18, 9-14), el fariseo y el públicano en la sinagoga, el primero congratulandose de si mismo, el segundo pidiendo perdón por ser pecador, y Cristo, a través de este ejemplo, enseñando sobre la humildad: "Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".
Potente lectura que puede ser ligada a la parábola del hijo pródigo de la semana pasada, en cuanto al valor de la misericordia de un Padre preocupado de su hijo, vigilando el camino, esperando que vuelva, corriendo a su encuentro a saludarle. Misericordia y humildad, presentes en nuestra cotidaneidad, en un país revuelto aún por la memoria y el temor de la Naturaleza, de lo incontrolable. Sientiendo aún la sensación de nimiedad e impotencia ante eventos incontrolables. Misericordia y humildad, ¿qué nos quiere decir el Señor hoy?-
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