Madrugadores de Providencia

Avatargrupo abierto de varones que se asemejan a una reunión de publicanos y pecadores en torno a la mesa con Cristo, cada sabado por medio a las 7am a rezar, celebrar una Liturgia y compartir un desayuno.

Ultima Madrugada de febrero: Aqui Estoy!! (Adsum!) dice el Señor.

Vamos directo a lo principal:

Libro de Isaías 58,9-14.

Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!".

Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía.

El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan.

Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares, y te llamarán "Reparador de brechas", "Restaurador de moradas en ruinas".

Si dejas de pisotear el sábado, de hacer tus negocios en mi día santo; si llamas al sábado "Delicioso" y al día santo del Señor "Honorable"; si lo honras absteniéndote de traficar, de entregarte a tus negocios y de hablar ociosamente, entonces te deleitarás en el Señor; yo te haré cabalgar sobre las alturas del país y te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob, porque ha hablado la boca del Señor.


REFLEXION:
En este tiempo de cuaresma, cuando escuchas sobre Ayuno, Abstinencia: abstente de las palabras malignas, de los gestos amenazadores, ofrece lo ahorrado de tus propios ayunos a la solidaridad con el necesitado, que tu testimonio sea Luz para tu Ambiente.

Evangelio según San Lucas 5,27-32.

Después Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme".

El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos.

Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".

Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.

Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".


Reflexión : Sábado después de Ceniza

Seguramente muchos de los amigos de Leví, no cabrían en su asombro al saber de lo que estaba pasando. Leví, el publicano, ofrecía un banquete de despedida porque iba a dejar todo lo que tenia, para seguir a un rabí llamado Jesús y que no tenia dónde reposar la cabeza.

La decisión la había tomado en la mañana, cuando, quién sabe por qué, Jesús había pasado por la recaudación de impuestos y le había invitado a seguirle. "Ven y sígueme", eso es todo lo que nos dice el evangelio. No sabemos si ya lo conocía, si le había oído en alguna ocasión... nada, tan sólo que dejándolo todo lo siguió.

Eran muchas las cosas que Leví debía dejar abandonadas en el baúl de los recuerdos para siempre. Pero Leví no puso cara de camello triste, quejándose y lamentándose, de por qué le había tocado a él. Al contrario de todas las expectativas, organiza una fiesta.

Cuánto tenemos que aprender de Leví. Él si se dio cuenta de que nada en la vida, ni placeres, ni riquezas, ni nada de nada, podían compararse con el Tesoro que había encontrado. Y como buen recaudador supo venderlo todo para adquirir una ganancia infinitamente mayor. Que en esta Cuaresma también nos encontremos nosotros con Cristo y sepamos dejarlo todo para seguir al único por el que vale la pena dejarlo todo: un rabí llamado Jesús.

Cuaresma es tiempo de arrepentimiento
Sábado después de Ceniza. Quitar de nuestro corazón todo aquello que lo aparte de Dios nuestro Señor.

La cuaresma es tiempo de arrepentimiento. Quizá a nosotros la llamada al arrepentimiento podría parecemos un poco extraña, un poco particular, porque podríamos pensar: ¿de qué tengo yo que arrepentirme?
Arrepentirse significa tener conciencia del propio pecado. La conversión del corazón es el tema que debería de recorrer nuestra Cuaresma, tener conciencia de que algo he hecho mal, y podría ser que en nuestras vidas hubiéramos dejado un poco de lado la conciencia de lo que es fallar. Fallar no solamente uno mismo o a alguien a quien queremos, también la conciencia de lo que es fallarme a mi.

Pudiera ser también que en nuestra vida hubiéramos perdido el sentido de lo que significa encontramos con Dios, y quizá por eso tenemos problemas para entender verdaderamente lo que es el pecado, porque tenemos problemas para entender quién es Dios. Solamente cuando tenemos un auténtico concepto de Dios, también podemos empezar a tener un auténtico concepto de lo que es el pecado, de lo que es el mal.

La cuaresma es todo un camino de cuarenta días hasta la Pascua, y en este camino, la Iglesia nos va a estar recordando constantemente la necesidad de purificamos, la necesidad de limpiar nuestro corazón, la necesidad de quitar de nuestro corazón todo aquello que lo aparte de Dios.

La Cuaresma es un período que nos va a obligar a cuestionamos para saber si en nuestro corazón hay algo que nos está apartando de Dios Nuestro Señor. Esto podría ser un problema muy serio para nosotros, porque es como quien tiene una enfermedad y no sabe que la tiene. Es malo tener una enfermedad, pero es peor no saber que la tenemos, sobre todo cuando puede ser curada, sobre todo cuando esta enfermedad puede ser quitada del alma.

Qué tremendo problema es estar conviviendo con una dificultad en el corazón y tenerla perfectamente tapada para no verla. Es una inquietud que sin embargo la Iglesia nos invita a considerar y lo hace a través de la Cuaresma.
Durante estos cuarenta dias, cuando leemos el Evangelio de cada día o cuando vayamos a Misa los domingos, nos daremos cuenta de cómo la Biblia está constantemente insistiendo sobre este tema:
"Purificar el corazón, examinar el alma, acercarse a Dios, estar más pegado a Él". Todo esto, en el fondo, es darse cuenta de quién es Dios y quién somos nosotros.

Por otro lado, el hecho de que el sacerdote nos ponga
la ceniza, no es simplemente una especie de rito mágico para empezar la Cuaresma. La ceniza tiene un sentido: significa una vida que ya no existe, una vida muerta. También tiene un sentido penitencial, quizá en nuestra época mucho menos, pero en la antigüedad, cuando se quería indicar que alguien estaba haciendo penitencia, se cubría de ceniza para indicar una mayor tristeza, una mayor precariedad en la propia forma de existir.
Preguntémonos, si hay en nuestra alma algo que nos aparte de Dios.
¿Qué es lo que no nos permite estar cerca de Dios y que todavía no descubrimos? ¿Qué es lo que hay en nosotros que nos impide darnos totalmente a Dios Nuestro Señor, no solamente como una especie de interés purificatorio personal, sino sobre todo por la tremenda repercusión que nuestra cercanía a Dios tiene en todos los que nos rodean? Solamente cuando nos damos cuenta de lo que significa estar cerca de Dios, empezaremos a pensar lo que significa estar cerca de Dios para los que están con nosotros, para los que viven con nosotros.

¿Cómo queremos hacer felices a los que más cerca tenemos si no nos acercamos a la fuente de al felicidad?
¿Cómo queremos hacer felices a aquellos que están más cerca de nuestro corazón si no los traemos y los ayudamos a encontrarse con lo que es la auténtica felicidad?
Qué difícil es beber donde no hay agua, qué difícil es ver donde no hay luz. Si a mi, Dios me da la posibilidad de tener agua y tener luz, ¿solamente yo voy a beber? ¿Solamente yo voy a disfrutar de la luz? Sería un tremendo egoísmo de mi parte. Por eso en este camino de Cuaresma vamos a empezar a preguntamos: ¿Qué es lo que Dios quiere de mi? ¿Qué es lo qué Dios exige de mi? ¿Qué es lo que Dios quiere darme? ¿Cómo me quiere amar Dios?, para que en este camino nos convirtamos, para aquellas personas que nos rodean, en fuente de luz y también puedan llegar a encontrarse con Dios Nuestro Señor.
Ojala que hagamos de esta Cuaresma una especie de viaje a nuestro corazón para irnos encontrando con nosotros mismos, para irnos descubriendo nosotros.

0 comentarios, ¿y el tuyo?: